miércoles, 18 de mayo de 2011

PEDRO INFANTE CRUZ

Nombre del Personaje: Pedro Infante Cruz
Fecha de nacimiento: 18 de noviembre de 1917
Fecha de fallecimiento: 15 de abril de 1957
Origen: Guamuchil, Sinaloa
Actividad: Cantante y actor
Época: Contemporánea
ABRIL DE 1957
Mérida, Yucatán, 15 de abril.
Esta noticia conmocionó a todo el pueblo de México. La muerte del popular cantante y actor cinematográfico significó una pérdida considerable para el Cine Mexicano. Su ausencia dejó un vacío muy grande entre los que le conocieron y amaron. No ha habido todavía quien sustituya, ni en el canto ni en la actuación, a este hombre sin igual, dueño de un enorme carisma.
Pedro nació el 18 de noviembre de 1917 en Mazatlán, Sinaloa, en la calle de Camachín 508, a las 2:30 de la mañana, siendo el cuarto hijo del matrimonio formado por Don Delfino Infante y Doña Refugio Cruz de Infante. Vivió la mayor parte de su niñez entre Guasave y Guamúchil, pues su madre cada vez que iba a tener un bebé acudía a esos lugares, porque ahí vivían los padres de ella.
Cuando Pedro tenía diez años, la familia Infante Cruz decidió establecerse en Guamúchil, aquí estudió hasta el cuarto año de primaria. Hijo de una familia bastante numerosa (14 hermanos), no pudo concluir su educación primaria porque las necesidades económicas eran muy apremiantes, por ese motivo se vio precisado a trabajar desde pequeño.
En la "Casa Melchor", comercio de implementos agrícolas obtuvo su primer empleo de mandadero, y a causa de su viveza rápidamente lo nombraron "Jefe de mandaderos".
Con el fin de superarse y lograr independencia económica, ingresó como aprendiz de carpintero en el taller de Jerónimo Bustillos, donde trabajó durante cinco años. Presumiendo de sus cualidades de carpintero, construyó una guitarra. Poco después, a los 16 años, con ayuda de su papá formó una orquesta a la que nombró "La Rabia". Muy pronto su fama se extendió por toda Sinaloa.
Desde una edad aún prematura sintió debilidad por las "faldas"; pues solamente tenía 17 años cuando le anunciaron que era padre de una hermosa niña, producto del romance con Guadalupe, su primera novia.
Pedro decidió vivir en Culiacán hacia el año de 1937, al ser contratado por la "Orquesta Estrella", como violinista y cantante. El 30 de mayo del mismo año a María Luisa León, muchacha culiacanense, hija de familia de buena posición social. Los jóvenes se enamoraran y sin más impulso que su amor y juventud, se fueron a la Ciudad de México "a probar mejor suerte". En un principio, Pedro trabaja de carpintero, peluquero y de cantante.
Poco después, en busca de una oportunidad, se dirigió a la XEW; lo atendió el director musical señor Amado Guzmán, éste lo probó en el canto, no vio a Pedro como buena promesa en su estilo y le recomendó que siguiera trabajando como carpintero. Pedro no perdió el ánimo y continuó su búsqueda.
1940 fue un año favorable para Pedro. Conoció al ingeniero Luis Ugalde, responsable de sonido de la XEB, quien logró una cita con los directivos de la estación. Pedro interpretó "Consentida", desgraciadamente sus nervios lo traicionaron y fracasó en la prueba. Una semana después obtiene una segunda oportunidad. Esta vez pudo sobreponerse a su nerviosismo; de esta manera adquiere un contrato de tres audiciones semanales en la radio.
En esta misma época, Pedro ganó un concurso de aficionados en el Teatro Colonial. El premio consistió en un traje elaborado a la medida del ganador, el mismo que aprovechó para su matrimonio con María Luisa León.
La suerte mostraba a Pedro un horizonte más prometedor. Fue también en este año que su amigo Alfonso Rodríguez lo invitó a cenar al Salón Maya, prestigiado cabaret ubicado en el interior del Hotel Reforma, en donde Alfonso trabajaba como mesero, para que Pedro cantara, pues a este cabaret asistían regularmente productores y directores de cine. Esa noche en que Pedro asistió a la cena, estaba presente el señor Rico Pami, accionista del hotel. Pedro cantó con gran sentimiento "El amor de mi Bohío", de tal manera que logró transmitir su emoción a Pami, tanto que rápidamente éste lo contrató. A través de este medio pudo tener contacto con las personas del ambiente artístico. En el Salón Maya conoció a Luis Enrique y Eduardo, productores cinematográficos. Ellos le ofrecieron la oportunidad de aparecer en el cine, interviniendo como extra de la película "Puedes irte de mí".
1942 Año decisivo. Pedro filmó "La razón de la culpa" en esta película le doblaron la voz por la bronca entonación propia del sinaloense. Sin embargo, poco después, esta manera de hablar muy particular en él, vino a ser una característica singular en Pedro.
Mas tarde, don Ismael Rodríguez le ofreció un papel mejor en "La feria de las flores". En esta película trabajó con Antonio Badú y María Luisa Zea. Aquí empezó su popularidad tremenda, inmortal, sin límite; ya que nunca imaginó que ni la muerte iba a ser capaz de arrebatarle esa popularidad.
En la vida de Pedro hubo tres amores, tres mujeres que fueron todo para él. A las tres amó intensamente y en ningún momento perdió su relación con ellas.
En una entrevista Pedro Infante afirmó que su primer amor, y la mujer más importante en su vida, había sido María Luisa León; Sólo que la naturaleza no fue benévola con María Luisa, no podría tener hijos; quizá a eso se debe que llamara a Pedro como su "nene, hijo querido"; él le correspondía jugando con ella fingiendo ser un bebé.
El hogar de Pedro y María Luisa se llenó de felicidad en 1947 con la presencia de Dora Luisa, hija de una hermana de Pedro. La chiquitina había sido adoptada por la pareja. Corría por toda la casa iluminándola con su gentil sonrisa, y con su alegría inundaba todos los rincones. La morada de los Infante León se vio de pronto oscurecida por la muerte de Dora Luisa en un infortunado accidente automovilístico.
María Luisa redactó el libro: "Pedro Infante en la intimidad conmigo", hacia 1961. Narra que conoció a Pedro en un baile en Culiacán. Su encuentro fue un "amor a primera vista", la familia de los enamorados no veía con buenos ojos la relación por la diferencia de clases. Entonces huyeron a México y en cuanto Pedro pudo ganar algún dinero, se casaron por lo civil el 19 de julio de 1939; unos días más tarde, por la iglesia en la Catedral de México. En ese tiempo Pedro tenía 23 años y ella 22.
Aunque pobres, vivieron muy felices por espacio de diez años, hasta que un día, alguien desconocido le avisó a María Luisa que Pedro mantenía relaciones secretas con una bailarina llamada Lupita Torrentera, y que existía una niña producto de esas relaciones.
El segundo amor de Pedro fue Lupita Torrentera; aunque no se casaron tuvieron tres hijos: Graciela Margarita, Pedro y Guadalupe, nacidos en 1947, 1950 y 1951, respectivamente.
El tercer gran amor en la vida de Pedro se llamó Irma Dorantes, actriz con la que trabajó en varias de sus películas. Se dice que Pedro fue quien la impulsó en su carrera artística, ya que siempre solicitaba un papel para ella en sus producciones, de tal manera que pasó a convertirse en la actriz que más trabajó a su lado. Tuvieron una hija, de nombre Irma Infante, quien siguió los pasos de su padre y actualmente se dedica al canto.
En 1953, Pedro contrajo matrimonio con Irma Dorantes en la ciudad de Mérida, mismo que fue nulificado tiempo después, ante la demanda que presentó María Luisa por encontrarse ella aún legalmente casada. Irma apeló la decisión, pero el día 9 de abril de 1957, la Suprema Corte de la Nación ratificó como nulo su matrimonio, provocando un gran escándalo en la Prensa Nacional.
Pedro se encontraba en la ciudad de Mérida, y decidió regresar a la ciudad de México para aclarar este asunto. Sin embargo, nunca pudo hacerlo, ya que el 15 de abril perdió la vida cuando el avión en el que viajaba se precipitó a tierra.
Pedro tuvo dos grandes aficiones: las mujeres y la aviación. Quizás el gusto que sintió por los aviones fue más fuerte, ya que anteriormente había tenido dos accidentes; en uno de ellos le pusieron una lámina de platino, y ni siquiera por los dos accidentes, ni a petición de sus padres: Don Delfino Infante y Doña Refugio Cruz, dejó esta acción.
También gustaba de practicar el deporte. Diariamente solían sorprenderlo los amaneceres, ya trotando, ya remando, bajo la brisa suave y el aire frío del bosque de Chapultepec. Asimismo, en su gimnasio particular ejercitaba el box y por las tardes paseaba en bicicleta.
Nunca le interesó el dinero, así como lo ganó, lo gastó en motos, carros y aviones. Desafortunadamente este desinterés por las cosas materiales perjudicó después a sus familiares, ya que las regalías de sus películas o discos las han cobrado y siguen cobrando otros.
Pedro Infante filmó 45 películas. Entre las más importantes, por mencionar algunas están: "Nosotros los pobres", "Ustedes los Ricos", "Perjura", "Escuela de Vagabundos", "Un rincón cerca del cielo", "Tizoc"; con "La vida no vale nada" ganó su primer Ariel y con "Tizoc" fue galardonado en Berlín después de muerto.
Se le creó una imagen de borracho y fanfarrón, pero en la vida real no acostumbraba tomar ni una gota de vino. Grabó también muchísimos discos, como "Amorcito Corazón", "Historia de un amor", "Dios nunca muere", "Cien años", "Alejandra" y tantos más. Fue un ídolo del pueblo que brilló con luz propia.
El día de su muerte, cuando trasladaron el féretro a la ciudad de México, lo esperaba gran multitud de admiradores. Posteriormente, en la iglesia desfilaron ante el cuerpo más de un millón de personas. Una larga procesión acompañó al artista a lo que sería su última morada. Entre llantos, lamentos doloroso, notas tristes del mariachi, dieron el último adiós a este ser, cuya fama grandiosa no transformó el carácter sencillo y simpático que lo caracterizo. Fue precisamente su manera de ser la que se había robado los corazones de millones de Mexicanos a los cuales dejaba destrozados con su partida.
Tal vez se creyó, que al marcharse Pedro se extinguiría su estrella, pero sigue brillando aún con más intensidad. Todos los días 15 de abril, miles y miles de personas se dan cita en el lote de actores del Panteón Jardín. Hacen acto de presencia en homenaje al ídolo, gentes del interior y fuera del país; sin que nadie los llame, sin que nadie les avise, con su música, mariachi y cantando sus canciones. Esa estrella sigue brillando aún con más esplendor a 40 años de su muerte, en sus películas, en sus canciones, en el corazón de los que no pueden trasladarse al lugar donde reposa. En fin, esa estrella brilla aún en el corazón del pueblo México. Es por eso que ya no le llaman "El ídolo del Pueblo", ni "Pedro, El Ídolo Alegre", sino "El Ídolo Inmortal", Pedro Infante.
Seleccionamos a este personaje por sus canciones y películas interesantes y por que es famoso en el cine mexicano; y a través de esta trayectoria lo conocimos más y sabemos más de su vida. Consideramos a Pedro Infante un gran artista por su gran carisma populista, y por ser un actor versátil Fue un gran hombre, un gran artista y por lo tanto un gran embajador de la música mexicana.

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