Mi compañera Leticia os ha contado su aventura a la hora de elegir un : las clásicas revistas, Internet, las películas famosas y las celebridades. A veces el vestido que finalmente se convierte en nuestro vestido de novia no es tal sino un cualquiera que nuestros ojos tiñen inmediatamente de blanco o marfil. Confieso que yo misma, cuando estaba pensando en mi propio traje, me inspiré en el vestido de tul gris que lució el personaje de Sarah Jessica Parker en Sexo en Nueva York cuando viaja a París con el artista ruso.
Bueno, hace poco entonces os hemos enseñado algunos de los vestidos que las actrices de Hollywood han desfilado por la alfombra roja de losOSCAR pero aquí va otra tanda pues “posibles vestidos de novia” ha habido muchos. Tenemos por ejemplo el que corona este post, el que vistió la simpática y valiente Jennifer Aniston, en tonos plata y adherente al cuerpo. Era de la colección primavera 2009 de Valentino, pero bien se puede caminar por el altar con él. Le sigue el de Nancy O’Dell, estilo diosa griega, ideal para una boda glamourosa estilo Hollywood con un bonito ramo de calas en la mano y tal vez unos largos guantes.
Por su parte Nicole Kidman prefirió un modelo de L’Wren Scott adornado con muchas plumas y muy ajustado al cuerpo que puede quedar muy bien en una novia con la misma altura y delgadez que la actriz. Igual de alta y esbelta debe ser la novia que se atreva a enfundarse en el vestido que lució Jessica Biel que si bien es un Prada, no favorece mucho. ¿Y si le quitamos volumen al moño y lo hacemos más pequeño y ajustado? Hum, puede ser. Bien, le sigue el vestido de Marisa Tomei, estructurado, blanco, ajustado y con cola, todo al mismo tiempo. Es de Versace, pero si queremos transformalo en un vestido de boda hay que encontrar la forma de deshacerse de tamaña cola. Bueno, eso es todo, espero que os haya servido.
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