martes, 7 de febrero de 2012

LUIS MIGUEL EL DIVO

Las cinco caras de Luis Miguel: secretos al desnudo

05 de Febrero de 2012 14:08:50 | No pisa el escenario de la Quinta Vergara, en Viña del Mar, desde hace 18 años y ahora los tickets para su presentación se agotaron en apenas seis horas. El astro de la música mexicana sigue manteniendo su popularidad y un halo de misterio a su alrededor.

Luis Miguel. | Ampliar imagen
Aquí, Antonio Vodanovic, su biógrafa y otras trece personas que han estado con él desclasifican algunos pasajes desconocidos de su vida. "De repente me llamaba a las 12 de la noche, y me decía: ’estoy aburrido, ¿qué puedo hacer?"’, dice el ex animador de Viña.

EL DIVO. Es difícil que alguien que fue bautizado como "El sol de México" no se crea un ser superior. Una especie de "elegido" que está por sobre el resto de los mortales y a quien nadie es digno de acercarse, tocar o mirar a los ojos. Bueno, Luis Miguel, a sus 41 años, se ha convertido en alguien que cree eso. En un divo. Y esta anécdota reciente lo retrata por completo: la última vez que estuvo en Chile, en el año 2010, se hospedó en el hotel Ritz-Carlton. Al mexicano no le gustó para nada la habitación que le asignaron -nada menos que la suite presidencial, un espacio de 170 metros cuadrados en el piso 14, con chimenea, cocina y una vista panorámica- y pidió cambio. Al parecer la encontró añeja. Al enterarse de que no había otra pieza disponible, montó en cólera. Una fuente del hotel que pidió reserva de su nombre, cuenta que el cantante se enfureció tanto que se peleó hasta con el gerente general. "Gritó mucho y cuando alguien le quiso hablar, le dijo que no se dirigiera directamente a él. Que nadie podía mirarlo directamente a los ojos", dice.

El divismo del cantante ha llegado a tal punto que la prensa mexicana, cansada de sus constantes exigencias ante los periodistas, decidió vetarlo cuando lanzó su último disco, "Luis Miguel". 2010 fue un año que estuvo marcado por constantes rumores de que el astro había muerto. Se dijo desde que estaba en el hospital de Beverly Hills afectado de una apendicitis hasta que tras una operación para quitarse las arrugas, su salud se había complicado. Cuando las especulaciones cedieron, decidió dar una conferencia de prensa -ya no da entrevistas exclusivas- en la ciudad de Las Vegas, para promocionar su álbum. Pero las cosas no salieron tan bien para él.

"Cuando hizo la última presentación de su disco, ninguno de los noticieros principales del país aceptó sus condiciones, por lo que nadie lo sacó al aire. Lo vetaron", explica Nora Marín, editora de espectáculos del diario mexicano El Universal. A diferencia de otros artistas -explica Marín- Luis Miguel exigía que los equipos de televisión se trasladaran hasta donde estaba él. Así fuera que tuvieran que llevar toda la escenografía del programa. Porque él no va a los estudios de televisión. Esto también lo confirma el animador y comediante Álvaro Salas. Cuando en 1999 Luis Miguel estuvo en "Viva el lunes", hubo que acarrear toda la parafernalia al hotel donde él se estaba hospedando. "Fue un tremendo trabajo mover todo al Sheraton. Él no aceptó fotógrafos. No había ni público. Tratamos de hacerlo pasar un rato lo más agradable posible, pero fue complicado", explica.

No siempre fue así. Cuando comenzó su carrera, a los 12 años, Luis Miguel y su padre, el cantante Luisito Rey, recorrían los estudios de televisión y los diarios en busca de difusión. En 1982, en Chile, nadie lo conocía. Pero a pesar de que no era famoso, ya mostraba un desplante absoluto frente a las cámaras. Patricia Maldonado lo entrevistó para su programa "Pare, mire y escuche". Y así lo describe: "Era un niño normal, pero con características de divo. Sabía expresarse mucho mejor que el resto de los niños de su edad. Tú le preguntabas algo y él sabía exactamente qué decir", recuerda.

A los 20 años, cuando Claudia de Icaza, periodista mexicana del diario Reforma y autora de la biografía más controversial de Luis Miguel, lo entrevistó él aún era una persona accesible. "En ese entonces daba 45 minutos por entrevista. Cuando vivíamos eso, no imaginamos que después ya no íbamos a tener acceso a él", dice.

El animador Antonio Vodanovic, que lo conoce desde sus inicios, emite un juicio aún más contundente: "La verdad es que él es un divo. Yo lo conozco desde los 13 años, en Viña lo presenté por primera vez cuando tenía 15... pero es muy difícil conocerlo como persona. Si hay que admirar a Luis Miguel, hay que admirarlo como artista porque como persona no es fácil. Hay todo un séquito, un montaje alrededor de él, una empresa Luis Miguel que antes manejaba su padre y que ahora la maneja él, con mucha seguridad, muchos requisitos, muchas condiciones, en sentido de horarios, de estadías, de preguntas personales que no se le pueden hacer porque no contesta", dice. Y remata: "Habla mucho de él. Yo creo que se ama".

EL SOLITARIO. Luis Miguel no fue al colegio ni a la universidad. Tampoco perteneció a un equipo de fútbol o de polo. Su vida desde siempre sólo ha estado ligada a la música y al espectáculo. Sus amigos son del medio, sus novias cantantes, actrices, modelos, presentadoras de televisión, personajes de la farándula. Nunca ha tenido una vida normal. En la época en que aún daba entrevistas más de una vez dijo que amaba su carrera, pero que por ella había tenido que pagar costos. Y uno de ellos era la soledad. Fue así desde pequeño. Antonio Vodanovic, recuerda como él, un hombre que le lleva 21 años, tenía que sacarlo a pasear. "Él, en el fondo, es una persona muy solitaria. Muchas de las veces que vino a Chile, me llamó a las 12 de la noche, y me dijo: ’Estoy aburrido, ¿qué puedo hacer?’ Ahí yo lo tenía que sacar a discotecas y presentarle amigas", cuenta. "Yo creo que tiene una timidez tremenda, pero también tiene una sobreprotección a sí mismo", dice el animador.

Tampoco es de grandes grupos de amigos. En las fotos de paparazzi siempre aparece con una o dos personas. Pareciera que se siente mejor de a dos. Como esa vez que vino con Mariah Carey a Chile y le preparó él mismo la cena en una de las habitaciones más lujosas del hotel Sheraton. "Cuando pequeño era fácil relacionarse con él, pero en la medida en que fue creciendo fue tomando distancia en todo, de la gente que lo rodea y en sus relaciones. Yo creo que en el fondo es una persona muy solitaria", dice Vodanovic.

El HERMÉTICO. Muchas de las personas que lo conocen en Chile coinciden en algo: que Luis Miguel es un tipo simpático, correcto, pero que no profundiza en nada. Debe ser por las traiciones que vivió de adolescente, que también contó en la época en que daba entrevistas, que se acostumbró a no decir nada realmente. "Creo que es una coraza que él mismo se ha puesto. Él vive de su imagen y cuando uno es esclavo de la imagen es súper complicado. Él no profundiza en sus vivencias, normalmente habla de él en el terreno profesional", cuenta Vodanovic.

De la vida privada de Luis Miguel se sabe mucho, pero a la vez poco. De hecho, en sus conferencias de prensa hay prohibición de hacerle preguntas personales. "Creo que mi imagen pública es la imagen que yo presento como artista. Lo que no hago es hablar de mi vida personal y privada porque es eso: personal y privada", dijo en una entrevista en CNN.

Luis Miguel vive entre Miami -donde tiene un penthouse-, Los Angeles y El Cabo. A México ya no va. Ahí fue donde creció junto a su madre, Marcela Basteri, y a su padre, Luisito Rey. Los rumores respecto a la relación que tenía con sus padres han sido muchos: que Luisito Rey explotaba a su hijo, que era drogadicto y que además engañaba a su madre con distintas mujeres. Ambos se divorciaron en 1985 y, según cuenta Claudia de Icaza, que escribió su biografía y luego fue demandada por el cantante, esto causó mucho dolor a Luis Miguel. Ella lo cuenta así: "Él me dijo: ’Me utilizaron como justificación para divorciarse, porque según ellos, mi papá se dedicaba a mí y no a la familia. No entiendo cómo unos padres utilizan a un hijo para justificar sus problemas"’.

Él en una entrevista, en revista People, dijo: "Mi vida privada no la comparto ni siquiera con los pocos amigos con los que cuento".

Eso sí es hermetismo.

EL PERFECCIONISTA. Obsesivo, meticuloso y maqueteado. Luis Miguel cuida cada paso que da, tanto arriba como abajo del escenario. Y todo responde a una fórmula estudiada. "Para hablar es muy correcto, se cuida mucho. Yo nunca lo he visto relajado, él es siempre súper formal, siempre pendiente de la cámara fotográfica, de la grabadora. Está siempre a la defensiva. Siempre un espacio, hay un metro de distancia. Sus respuestas son prefabricadas y todo lo tiene súper estudiado", dice Antonio Vodanovic. Álvaro Salas cuenta que cuando lo entrevistó para "Viva el lunes" le causaba gracia lo recto que era: "No se movió nunca de la posición en que estaba, de repente incluso lo hicimos reír, se anduvo desordenando, pero inmediatamente volvió a su pose original".

Luis Miguel jamás se sale de su esquema. No improvisa. Y en sus conciertos es absolutamente maniático de la puesta en escena. Se preocupa de que hasta el detalle más mínimo esté debidamente calculado. Y su única conexión con la audiencia es decir apenas: "Gracias, buenas noches (y el nombre de la ciudad donde está)". Pero si Luis Miguel es frío, al público parece no importarle. Los tickets para su presentación del 22 de febrero en el Festival de Viña del Mar, se agotaron en apenas 6 horas.

EL CATADOR. "Luis Miguel tiene un don especial en el tema del vino. Es excepcionalmente buen degustador, está por sobre el promedio, sobre mucha gente que dice saber", asegura el enólogo Aurelio Montes, quien en 2003, cuando estaba en Viña Ventisquero, trabajó directamente con el músico en el proceso de desarrollar su propio vino. Luis Miguel quería crear un vino "elegante", como él. Y que estuviera hecho de su cepa favorita: cabernet sauvignon. Con las uvas de los viñedos de Trinidad en el Valle de Maipo se produjo Ventisquero Único Luis Miguel, una mezcla tinta de 85% cabernet y 15% syrah, del que se producen 2 mil cajas al año y que comenzó a venderse en México y algunos países de Asia. La aventura se repitió en 2004 y 2005.

"Él sabe perfectamente cuáles son los vinos buenos y cuáles son los malos, es muy asertivo, tiene un paladar muy privilegiado. Claramente no es técnico, pero es un gran catador. Se involucró en las mezclas 100%. Si a él no le gustaba no se hacía la mezcla, él tenía la última palabra", cuenta Montes.

El chef Coco Pacheco, quien recibe al cantante en su restaurante Aquí está Coco cada vez que el mexicano visita Chile, coincide en la pasión de Luis Miguel por el vino: "Tiene una cava en Acapulco de mil botellas y siempre que viene en su jet privado se lleva unas 5 ó 6 cajas de vinos, de los mejores. Las encarga al sommelier del restaurante y se las mandan directo al avión". Sus vinos preferidos -asegura- son los franceses de Bordeaux, pero también disfruta de las cosechas chilenas. Su favorito es el Monte Alpha.

"Casi siempre toma vino tinto, le gustan muchos los cabernet, pero lo que más le gusta son las catas, que le pongan 5 botellas y probarlas", asegura el chef.


Luis Miguel en 5 frases

1. "No puedo estar tanto tiempo en una sola ciudad. Porque no estoy acostumbrado. Me desespero. Es sencillamente algo mental...".

2. "He estado a punto de dejarlo todo. Pero así de retirarme... dos o tres veces por situaciones muy difíciles en las que me he visto involucrado, muy complicadas: personales y profesionales".

3. "Yo no me considero fácil, porque mi vida no ha sido fácil".

4. "El éxito es como la vida, sólo puedes disfrutar plenamente si pagas algo a cambio. Parece injusto, pero es así. Por eso el éxito tiene su lado oscuro, un aspecto de sacrificio personal y afectivo".

5. "Veo pocas personas que realizan un trabajo que les gusta y lo disfrutan. Yo al mío, lo disfruto al máximo (...) Aunque por esto de ir y venir, resulta que estás casi todo el tiempo solo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario