martes, 7 de diciembre de 2010

BARRY WHITE


Criado en el ghetto negro de la ciudad de Los Ángeles, tuvo una adolescencia rebelde que lo llevó a la carcel por robar neumáticos y partes de vehículos, siendo allí donde se percató de la necesidad de cambiar de compañías y de actitud ante la vida. Un cambio de actitud que sirvió para poder encontrarse y bendecirnos con su verdadero destino en la tierra, maravillarnos con su espectacular voz. Asi es Barry White, una voz aterciopelada y profunda, de vibrato bajo que acaricia los sentidos y conquista el corazón con su romanticismo. Un romanticismo latente a lo largo de una carrera de éxito, sobretodo en la década de los 70 y 80, influyendo y apadrinando a otros músicos, lo que le hizo alcanzar el calificativo de "El Maestro" como apodo. Y como no, si sumamos a su extraordinaria voz, dotes como compositor, arreglista o director de orquesta.

Soul, funk, disco y mucho amor fundiéndose de forma seductora en canciones como "Never, Never Gonna Give You Up", "Can't get enough of your Love, Babe" o "You’re the first, the last, my everything". Una sensual y profunda voz que se moldeaba con los dulces violines del sonido Philadelphia de los años 70, dejando forjada la inmortalización de otro gran clásico del soul

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