Las fronteras entre lo masculino y lo femenino se diluyen –a favor de lo segundo- en lo más hondo de la raíz Dsquared2. Los hermanos Caten suelen explorar los límites del fetichismo y de la sexualidad jugando a la androginia en versión reducida: los shorts son anchos pero cortos hasta más no poder, los blazers son amplios pero se llevan sin nada debajo… Ése es su código genético y una de las razones de su éxito.
La sastrería aparece en la parte final del desfile y sirve para dar lugar a varios trajes de dos piezas y al precioso esmoquin cruzado que llevó Sasha Pivovarova. Estos looks se alternan con vestidos de raso inspirados en esa prenda del guardarropa del hombre pero completamente elegantes y sexis. Julie Andrews en Víctor o Victoria pero en versión ultrasofisticada parece inspirar esta última parte.
En el estilismo del desfile han jugado un papel crucial los accesorios: las gafas XXL de pasta y los zapatos tipo Oxford con calcetines
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