Cuando todo el mundo vio que Nicole Richie bajó de peso y cambió las horrorosas pintas que tenía por atuendos vintage y vestidos boho, las fashionistas se preguntaban de dónde sacaría tanta inspiración. Y cuando Anne Hathaway creció y botó los vestidos de niña chica poniéndose trajes de haute couture en las premieres, ya más de alguien sabía que sola no podría hacer tal transición. Es que en el mundo de las apariencias, siendo Hollywood la capital de este mundo, es difícil dejar una huella e instalarse como icono de la moda pero si tienes más de alguna sorpresa bajo la manga, o mejor dicho un estilista como Rachel Zoe, tu éxito está asegurado.
Aunque ya ha pasado harto tiempo desde el impacto que la Richie provocó con su chic cambio de imagen, su estilista se convirtió en una celebridad por sí misma. Actualmente tiene un programa televisivo propio, y es sabido que mantiene una colección de ropa vintage que brilla por sus Halston, sus bolsos Birkin y sus zapatos de diseñador. Sus clientas o “Zoebots” como las llamaban por su similar imagen van desde las mismas Richie y Hathaway, pasando por Kate Hudson hasta Mischa Barton, Lindsay Lohan o incluso Keira Knightley. Ninguna chica it se ha escapado de su influencia, salvo dos excepciones notables que nunca han mantenido a un “hada madrina” bajo la manga: Sienna Miller y Kate Moss. Pero sin Zoe, quizás la onda retro jamás se hubiese puesto tan de moda, o el auge de la ropa vintage tampoco. Sí, a ella habrá que culparla por este mar de chiquillas que de un día para otro se han puesto de cabeza a buscar un vestido similar al de la amiga de Paris Hilton en todas partes del mundo.
Después de varias controversias, como la mala influencia que Zoe ejercería en sus clientas debido a la esquelética figura de algunas, varias celebridades la han dejado atrás logrando conservar un estilo propio. La Richie, la Lohan y la Barton lo hicieron, teniendo dispar suerte. Otras como Jennifer Gardner, Cameron Diaz y Debra Messing la llaman para pisar la alfombra roja, pero en el fondo, aun queda un debate. ¿Qué será más válido: el encontrar un estilo propio sin ayuda de nadie o el querer destacarse en una industria cada vez más repleta de it girls de la mano de una ayuda extra? Ustedes deciden.
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