Uno de los inconvenientes que tiene ser famoso y tener pasta es que tu casa de hace más apetecible a los amigos de lo ajeno. Que se lo digan a Monica Bellucci, cuyo apartamento en París ha sido asaltado mientras la actriz asistía a la ceremonia de clausura del Festival de Cannes. Joyas y otros objetos valorados en unos 80.000 euros fueron robados el domingo del apartamento de la estrella italiana del cine, un robo más que sustancioso.
El actor argentino Ricardo Darín también sufrió los inconvenientes de tener una propiedad "famosa". Su casa en Palermo fue asaltada no hace mucho por cuatro delincuentes. Darin no se encontraba en la vivienda, pero sí estaban su esposa e hija. Los ladrones se llevaron dinero y varios objetos de valor, pero nadie salió herido afortunadamente. El robo se produjo por la noche, cuando estos cuatro individuos entraron en la casa, amenazaron a las mujeres y las encerraron en un baño, para dedicarse a revolverlo todo y pillar algo. Más bien todo lo que podía, concretamente: concretamente unos 20 mil pesos, un equipo música, una cámara fotográfica, un portátil, un reproductor de DVD, prendas de vestir y otros objetos de valor.
Menos papeletas de que entraran a robarle a casa tenía el actor Matthew McConaughey, pero porque no vivía en una casa convencional. El chico es rarito y va de hippie, así que residía en una autocaravana, él es así de natural y campechano (como nuestro rey). Hablo en pasado porque esto ya no es así. Con su reciente paternidad el actor ha debido cambiar su forma de ver la vida y ha decido comprarse una casa 'como dios manda' (con cimientos, paredes de ladrillo, alicatados hasta el techo, calefacción central y todas esas cosas) para darle a su hijo el hogar que se merece. Aunque no se ha desecho de su hogar móvil (suponemos que para poderse escapar de vez en cuando de su ordenada vida familiar), sí ha adquirido una propiedad valorada en 10 millones de dólares en Malibú (¡vaya cambio!). Se trata de una finca de unos 4.000 metros cuadrados y que cuenta con una vivienda de cuatro dormitorios construidad en 1949, lo que nos hace pensar que la casa necesita una buena reforma. Esperamos que Matthew sea muy feliz en su nueva casa junto a Camila Alves y su hijito.
A pesar de lo que pagan por ellas, en ocasiones las casas de las estrellas en lugar de ser sus niditos de amor y contenedores de la felicidad familiar se convierten en escenario de macabros asuntos familiares, como el altercando que montaron en una ocasión los O'Neal. Ryan, el adorable protagonista de ese pastelón infumable titulado Love Story, (¡cuántas lágrimas derramadas por su causa!), la emprendió a tiros hace algunos meses ya con su hijo Griffin O'Neal (cuya madre es Joanna Moore) en su propio hogar ¿dulce? hogar, sito en California. La discusioncilla, sin importancia si no hubiese habido armas de por medio (que las hubo), provocó que la policia y una ambulancia se tuvieran que personal en el domicilio y el actor fue detenido por gresión con un arma mortal y disparo negligente de arma de fuego. Aflojaron una fianza de 50.000 dólares, Ryan fue puesto en libertad y pudo volver a su hogar.
Para cosas surrealistas en casas de actores lo que le pasó a Nicolas Cage. Hace más o menos un año, el actor se encontró a un tipo que no conocía de nada en su casa que tiene en la playa cerca de Los Ángeles. El desconocido intruso estaba como Pedro por su casa y como Dios el trajo al mundo, esto es, desnudo. Así que ni corto ni perezoso se puso una de las chaquetas de cuero del actor antes de que éste lo encontrara de aquella guisa. A parte del estupor inicial que suponemos sufrió Cage, nadie resultó herido en el incidente, que ocurrió en Newport Beach, una lujosa urbanización 72 kilómetros al sur de Los Ángeles. Cage, que estaba en casa con su mujer y su hijo, pidió al intruso que le devolviera la chaqueta, lo acompañó afuera y llamó a la guardia de seguridad. Todo con mucha sangre fría, parece ser. La propiedad donde se le coló el hombre desnudo le costó a Cage 25 millones de dólares en 2005.
En cuanto a las sumas de dinero que han invertido los actores en sus casas destaca el caso de Russell Crowe que pagó por una mansión victoriana en Point Piper (Australia), la nada despreciable cantidad de 50 millones de dólares australianos (42 millones de dólares USA). ¡Toma ya! El actor neozelandés no sólo podría permitirse -si las cuentas le salen- la caseta del perro, sino la totalidad de los 2.500 metros cuadrados de superficie de la casita, provista además de embarcadero y espacio para una cancha de tenis. Faltaría plus, por ese precio, como si se quiere montar el circo romano de Gladiator dentro.
Otro que tampoco escatima en gastos a la hora de adquirir una propiedad es Mel Gibson, quién se gastó la friolera de más de veinticinco millones de dólares en una hacienda de 163 hectáreas frente a las costas del Pacífico de Costa Rica. En fin, que muy mal no les debe ir a Crowe y a Gibson cuando se puede permitir estas lujosas casitas.
Los hay que reflejan en su residencia su conciencia ecológica es el caso de Leonardo DiCaprio. El actor se ha hecho recientemente con un lujoso apartamento en Nueva York, eso sí, ecológico. Y para ello ha tenido que poner a la venta la mansión que tenía en Malibú por la cantidad de 9 millones de dólares. La finca donde se muda, conocida como 'Riverhouse', es un bloque de apartamentos verde, construido únicamente con materiales reciclados y que dispone de 24 horas al día de un filtro de aire limpio. Deja atrás su mansión que disponía de escaleras con acceso directo a una playa privada, suites de lujo, duchas de vapor,… Todo lo que una estrella de Hollywood puede desear.
Por cierto, ¿os acordáis del incendio que amenezó a las colinas de Hollywood hace tiempo? Se trató de un feroz incendio que afectó a un exclusivo vecindario en California arrasando las lujosas propiedades de algunas estrellas de Hollwyood que tienen allí su residencia como Mel-castigo_divino-Gibson, Pierce-antes_con_ prefijo_ 007- Brosnan, Pamela-neumática-Anderson, Barbra-soy_judía-Streisand, Courteney C-que_pasó_con-Cox, Ted-que_fue_de- Danson y David Geffen. Lo que nos llevó a concluir que los ricos también lloran por sus propiedades y que, en ocasiones, sus preocupaciones van más allá de 'qué modelito me pongo para la gala de los Oscar'.
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