Porque, a diferencia de la imagen vendida (o mentida), no fue en absoluta una mujer inculta.
Porque despertaba esa necesidad de querer salvarla. No vayas a saltar, te lo suplico.
Porque cuando parecía más débil y quebradiza, aún era más sexy.
Porque tenía más registros en su mirada que la mayoría de los actores y actrices juntos.
Porque también tenía esa belleza serena.
Porque a veces también era ñoña.
Porque
supo presumir de todo aquello que la definía como mujer. Desde todos
los puntos de vista. Y nunca sintió vergüenza ni pidió perdón por ello.
Por mi parte, estoy enamorada de ella desde siempre. Desde el día en que la vi, por primera vez, como la Sugar Kane de Some Like It Hot.
Creo que ella también tiene un poco de culpa en que mi #fuckintesis
verse sobre la construcción del personaje del músico de jazz en la
cinematografía norteamericana.
¿No son suficientes razones? Venga, una más. Si no te enamoras con esta, es que no tienes sangre en las venas.
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